Parece increíble que hace más de 2000 años una civilización romana pudiera vertebrar el continente europeo de la manera que lo hizo. Tuve la fortuna de comprobar de manera personal el tramo que queda en un paraje además precioso, junto a la llamada Boca del Infierno cerca de la entrada a la Selva de Oza, enclavado en la zona pirenaica, a la que luego tendría que afrontar el viajero para cruzar dos territorios romanos, la Hispania y la Galia.
Vista desde la calzada romana del río Aragón Subordán
El lugar donde por donde pasa la calzada es un sitio difícil, en algo de altura y se conserva en algunos de sus tramos muy bien. Es increíble pensar cuanta gente y en que condiciones lo construirían, es de pensar que serían esclavos.
Se cree que pudo pasar por aquí Roland y sus francos en su vuelta a Francia y que es aquí por donde quizá pudieran haber sido sorprendidos y no por Roncesvalles , que es el sitio tradicional que se cita.
